La actividad física acumulada a lo largo del día e integrada en la rutina diaria es una herramienta de promoción de la salud y prevención y control de las enfermedades. Caminar, ir en bicicleta, hacer actividades cotidianas de una manera activa, practicar algún deporte, hacer gimnasia o simplemente jugar conviene porque:
Previene enfermedades
La práctica regular de actividad física reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes mellitus de tipo 2, cáncer de mama y de colon, y demencia, como por ejemplo el Alzheimer.
También contribuye a mantener el peso y, por tanto, ayuda a evitar el sobrepeso, la obesidad y la aparición de enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia.
Mejora la calidad física y el funcionamiento del organismo
La práctica regular de actividad física aumenta la fuerza, la agilidad, la flexibilidad y la resistencia cardiovascular.
Además, todo el organismo sale beneficiado:
Corazón. Favorece un corazón saludable y reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, embolias, diabetes e hipertensión arterial.
Arterias. Ayuda a mantenerlas flexibles y sanas.
Articulaciones. En preserva la función y fortalece los músculos y los huesos. Reduce el dolor de la artritis.
Reduce el riesgo de osteoporosis y caídas.
Sistema nervioso. Contribuye a mantenerlo en buena forma.
Aumenta la esperanza y la calidad de vida
Las personas activas viven más años que las personas inactivas. También tienen más autonomía para realizar las tareas de la vida diaria y mejor capacidad para enfrentarse a los retos cotidianos
Ayuda a dormir mejor
Las personas físicamente activas duermen mejor que las personas inactivas. La actividad física ayuda a disminuir el insomnio y otros trastornos del sueño.
Favorece las relaciones sociales y fomenta valores positivos
La práctica regular de actividad física ayuda a relacionarse con los demás. Realizar actividad física en grupo o deportes como el baloncesto y el voleibol inculcan valores positivos, como la constancia, la cooperación y el afán de superación.
Mejora la salud mental
Ser una persona activa mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y ayuda a combatir la ansiedad y la depresión.
Mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje y el rendimiento escolar
La práctica regular de actividad física mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje. Los niños que hacen actividad física tienen un mejor rendimiento escolar.
Fuente: Canal Salud (Gencat)